sábado, 25 de octubre de 2014

Tierra prometida: descentralización en el tintero

Para buscar un lugar en el mundo

Los mejores indicadores socio-económicos de Uruguay están en Colonia, Maldonado, Montevideo y Flores. Pero Rivera-Santana es un atractivo núcleo de 160.000 personas. 
 

¿Desea cambiar de vida y mudarse a otro departamento? Pues, si consigue un trabajo decente, no descarte residir en Colonia, Flores, Maldonado o Soriano. Son zonas de Uruguay con buenos indicadores socio-económicos.
Si prefiere algo más movido entonces quédese o instálese en Montevideo; o múdese al área metropolitana de Maldonado; o a la ciudad de Rivera que, junto a Santana do Livramento, su gemela brasileña, forma un núcleo urbano de 160.000 personas. En la frontera las sorpresas están aseguradas.
Los departamentos fronterizos con Brasil, además de Salto, suelen tener indicadores socio-económicos inferiores al resto de Uruguay.
Así, por ejemplo, el mayor ingreso medio mensual del hogar está en Montevideo, seguido por Maldonado, Flores y Colonia; y el menor en Cerro Largo, con el 54% del ingreso promedio de la capital del país, y también en Artigas.

Más ricos en Montevideo

La tasa de desempleo suele ser un poco mayor en Montevideo que el promedio del interior del país. Sin embargo los departamentos con mayor índice de desempleo en 2010 eran Río Negro, Salto, Durazno y Treinta y Tres; y los que tenían el menor índice de desempleo eran Colonia, Rivera y Flores.
La distancia entre ricos y pobres suele ser más amplia en Montevideo, donde los extremos son muy marcados. Pero hay mayor porcentaje de pobres en el interior del país, en particular en los departamentos fronterizos con Brasil.
En 2012 los hogares de Montevideo de clase alta eran el 22,7% del total (11,8% en el interior), la clase media el 53,7% (52,4% en el interior) y la clase baja el 23,7% (35,9% en el interior). Estos estudios de clases sociales, realizados por el Cinve, tuvieron en cuenta aspectos como ingreso, patrimonio y nivel de educación.
El 14,7% de los estudiantes uruguayos concurre a centros privados de enseñanza, lo que también puede ser una definición de clase media-alta y clase alta. Es más marcada la concurrencia a centros privados de educación inicial, primaria y universitaria, que a los de secundaria.
Montevideo tiene una oferta mucho más amplia y variada de servicios educativos y de salud que el interior del país. También suele ser la sede de las principales empresas públicas y privadas, así sean agropecuarias. Esa ha sido una causa tradicional de emigración de jóvenes del interior hacia la capital; esa centralización favorece una suerte de vaciamiento o de "pasar la espumadera" para atrapar talentos, según la expresión del presidente José Mujica.

Centralización cuestionada

El 15,6% de los uruguayos, más de medio millón de personas, tiene educación terciaria completa o incompleta, y una amplia mayoría de ellos reside en Montevideo. Así, por ejemplo, el 71% de los médicos y el 68% de los dentistas están radicados en la capital, que sólo representa el 40% de la población total del país. Pero desde inicios del siglo XXI el auge agropecuario devuelve cada vez más técnicos y personal calificado al interior del país. Ese proceso podría ser favorecido también por el plan de descentralización que inició la Universidad de la República y con la incipiente andadura de la Universidad Tecnológica (Utec).

Laboriosidad y delito

La propensión a trabajar varía sustancialmente según zona del país. En 2010 el mayor porcentaje de población ocupada o que buscaba trabajo se registraba en Flores (64,8%). Le seguían Maldonado y Montevideo (60,4%). El menor índice de población ocupada —incluidos quienes buscaban trabajo— estaba en Treinta y Tres (50,7%) y Rocha (51,7%). Sin embargo el mayor promedio de horas trabajadas durante la semana en la ocupación principal lo tenían San José (44 horas) y Colonia (42). El promedio nacional eran 39 horas de trabajo semanal.
Los mayores porcentajes de procesamientos judiciales en relación a la población se registran en Maldonado, Rocha y Montevideo. Algo similar ocurre con la cantidad de delitos denunciados en relación a los habitantes del departamento.
Si bien Maldonado es un departamento de desarrollo relativo alto, también es el principal polo de migración interna, lo que gestó una población fluctuante amplia y heterogénea. En Flores, mientras tanto, una rapiña es un hecho escandaloso por inusual.
En el siglo transcurrido entre 1908 y 2011 la población de Uruguay se multiplicó por 3,15. El departamento de Canelones fue el que más creció: sus habitantes se multiplicaron por 5,92, aunque muchos, de hecho, integran el área metropolitana de Montevideo y su vida gira en torno a la capital. Le siguen, en orden de crecimiento, Maldonado (multiplicó su población por 5,7, en especial en las últimas décadas) y Montevideo (4,27). El 23,5% de la población de Montevideo nació en otro departamento o país, pero en Maldonado y Canelones los foráneos trepan al 41,4% y 40,3% respectivamente. (El 23,4% de la población de Canelones nació en Montevideo). La explosión demográfica de Maldonado contribuye a explicar la depresión de las zonas vecinas.
En el otro extremo está Lavalleja. Entre 1908 y 2011 su población aumentó menos de 15%. Ese departamento, que hasta 1927 se llamó Minas, fue muy importante desde la era colonial española hasta las primeras décadas del siglo XX. Pero luego ingresó en una larga decadencia. Es también el departamento con mayor proporción de ancianos: 12% de la población tiene 70 años o más.

De Casavalle a Carrasco

Otra forma de medir calidad de vida es a través de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Este indicador no sólo considera asuntos de dinero, sino también variables vinculadas a la vivienda (calidad de los materiales, espacio por persona, privacidad, espacio adecuado para cocinar), acceso a la enseñanza, la salud, el agua potable, la electricidad y el saneamiento, o capacidad de subsistencia del núcleo familiar (tomando en cuenta la instrucción formal del jefe de hogar u otros integrantes, por ejemplo).
Según un estudio basado en los datos del censo de 2011, el 34% de los hogares uruguayos tenía al menos una NBI. Los mejores registros se daban en Montevideo (aunque con gran disparidad según barrio), Flores, Colonia y Florida, y los peores en Artigas, Salto, Rivera y las zonas oeste y noreste de Montevideo.
Según esas estadísticas, en el barrio Casavalle de Montevideo están las peores condiciones de vida de todo el país. Le siguen, en la capital, Villa García, Manga rural, La Paloma y Tomkinson. En el otro extremo están Carrasco y Punta Gorda.
El informe señaló que a nivel nacional 1.068.000 personas (34% del total) tiene al menos una NBI. Esto corresponde a 347.700 hogares (30,7%). Las NBI más comunes eran la falta de una "vivienda decorosa" (hacinamiento, falta de espacio suficiente para cocinar) o carencia de "elementos básicos de confort" (calefacción principalmente). El 44% de los menores de 14 años que residían en Uruguay tenían al menos una NBI.

Clima según ciudad

Las ciudades de Artigas y Bella Unión son las más calurosas. Las zonas más frescas del país, en promedio, son Punta del Este, Carrasco y Melilla —aunque el récord de frío lo tenga Mercedes, con -5,3. El lugar donde suele caer más granizo es Young, en Río Negro. Los lugares más lluviosos son Rocha (129 días al año), seguido por Paysandú (111) y Paso de los Toros, Punta del Este, Treinta y Tres y Artigas (107). En Mercedes sólo llueven 86 días al año. Los mayores registros en milímetros están en Artigas y los menores en Montevideo y Colonia.
Tacuarembó, Florida y Mercedes tienen entre 24 y 28 días al año con heladas, aunque casi no las hay en Punta del Este, Colonia y Montevideo. Los mayores vientos promedio soplan a lo largo de la costa atlántica y del Río de la Plata, aunque hay un núcleo ventoso también en el centro del país, en torno a Paso de los Toros.

Sexo, edad y fecundidad

Cada poblador de Montevideo tira a la basura unos 600 kilos de residuos sólidos por año, y el aire está cada vez más sucio. Además tiene la mayor cantidad de mujeres en relación a hombres (100 por 87,6).
Los departamentos de Salto, Paysandú, Tacuarembó y Soriano muestran las tasas más elevadas de fecundidad y natalidad. La más baja, por lejos, la tiene Montevideo. En los sectores menos pudientes la tasa de fecundidad más que duplica la que exhiben las clases medias y altas.
La población con el menor promedio de edad está en Artigas (28,2 años) y Salto (29) y la más envejecida reside en Colonia (35,7), Lavalleja (35,6) y Montevideo (34,5). La mayor expectativa de vida al nacer está en Flores (78,6 años) y la menor en Salto (75).
Si prefiere los espacios vacíos y los horizontes largos, los departamentos con menor densidad de población son Flores, Durazno y Treinta y Tres. Los más atestados están sobre la costa del Río de la Plata y el océano Atlántico: Montevideo, Canelones, Colonia, San José y Maldonado.

Grandes urbes

El centro del país se vació. El 70% de los habitantes de Uruguay reside en los seis departamentos que tienen costas sobre el Río de la Plata y el océano Atlántico. En 1908 esa zona, de gran importancia ya desde la era colonial, representaba solo el 53,8% del total. No es ninguna novedad: vivir en la costa es una tendencia mundial. Sólo el área metropolitana de Montevideo, que incluye zonas de San José y Canelones, reúne alrededor del 51,5% de la población del país.
Pero surgieron rivales. El área metropolitana de Maldonado —que va desde laguna del Sauce a José Ignacio, pasando por San Carlos— incluye a unas 130.000 personas, que en temporada de verano rondan el medio millón. Tras Montevideo, los principales centros urbanos son Ciudad de la Costa (112.449 según el censo 2011) y Salto (104.028). Siguen las ciudades de Paysandú (76.429), Las Piedras (71.268) y Rivera (64.485).

Maldonado y Colonia

Punta del Este es la Meca de jubilados o personas de alto poder adquisitivo, de Uruguay, Argentina y otras naciones, que pretenden un sitio agradable para residir todo el año.
Ventajas: es un núcleo urbano de dimensiones "humanas", de unas 85.000 personas si se incluyen la ciudad de Maldonado y las zonas más inmediatas. El área metropolitana de Maldonado, que va desde la Laguna del Sauce hasta José Ignacio, reúne a más de 130.000 personas. La zona recibe entre 500.000 y 600.000 turistas por año, la enorme mayoría en enero y principios de febrero.
Es el principal balneario de Uruguay y uno de los más exclusivos de América del Sur. Cuenta con infraestructuras de primer nivel internacional, gran variedad de centros de enseñanza, un aeropuerto activo y moderno y el puerto deportivo más grande del país.
En Punta del Este, que en rigor debería llamarse Punta del Sur, porque es el extremo meridional del país, la arquitectura, los jardines, las calles y avenidas y el entorno son de gran belleza. Entre marzo y diciembre es apacible y abundan los servicios. Como contrapartida, el clima en invierno puede ser duro y particularmente ventoso, y los servicios suelen ser caros. Además, si no le gustan los tumultos, en enero deberá huir hacia otra parte del planeta.
Otros prefieren retirarse en la pequeña ciudad de Piriápolis, habitada por unas 9.000 personas, que recibe entre 70.000 y 80.000 turistas al año. Destacan su rambla, su puerto y sus cerros. Es una Punta del Este a pequeña escala y más accesible desde el punto de vista económico.
Colonia del Sacramento, una pequeña ciudad de 26.000 habitantes, ha formado un conurbano más amplio, en el que abundan los servicios calificados, desde restaurantes de buen nivel hasta hoteles cinco estrellas.
Su barrio histórico de 12 hectáreas de extensión, gestado a partir de 1680, le concede un aire viejo aunque conspicuo imposible de hallar en otra zona del país.
Recibe entre 200.000 y 250.000 turistas por año, de medio y alto poder adquisitivo, lo que asegura un fuerte ingreso de dinero por servicios y le da un tinte cosmopolita. Pero, a la vez, todo queda a cinco minutos y abundan la cortesía y la seguridad personal. Como si fuera poco, enfrente, a algo más de una hora en barco, está Buenos Aires, la gran ciudad. u
Fuentes principales: Instituto Nacional de Estadística (INE), Cinve (Centro de Investigaciones Económicas), La Enciclopedia de El País (2011), archivo del diario El País.

“Calidad de vida”

Colonia, la virtuosa

Si bien irse de Montevideo al interior es todo un cambio, José Pedro Díaz está bastante contento con su vida en el oeste. Periodista de larga trayectoria, que trabajó entre otros medios para El Observador y El Espectador, desde hace cuatro años se ocupa de las Comunicaciones de la empresa Montes del Plata. Vive en Colonia del Sacramento y sus jornadas transcurren entre esa ciudad y Conchillas, el pueblo vecino a la fábrica de celulosa de Montes del Plata. La principal ventaja de Colonia, dice, es “la calidad de vida apacible”. La ciudad y su entorno inmediato tienen unos 32.000 habitantes. Según Díaz, conserva ese aire del interior uruguayo. La vecindad, un concepto un tanto perdido en Montevideo, está vivo en Colonia. La zona ha tenido un crecimiento económico importante en los últimos años y eso se nota, dice Díaz. Entre otros indicadores favorables, Colonia es uno de los departamentos con la distribución del ingreso más pareja. Por tanto la capital muestra un carácter “homogéneo”: no se ven grandes desequilibrios entre sus habitantes. Como en Montevideo, los barrios irregulares coexisten con casas que superan el millón de dólares, pero las diferencias en calidad de vida no son alarmantes.
Cuando José Pedro Díaz arribó a Colonia del Sacramento, una de las cosas que más le llamó la atención fue ver a las personas hablando por la calle por celular sin temor alguno. Ese es un comportamiento poco aconsejable en otros lugares del país, en especial en Montevideo. De todas formas hay delitos, aclara, como en todos lados. Otra de los aspectos que más disfruta es que Colonia es “un crisol”, alimentado por las diferentes culturas que se instalaron en la región. Las comunidades de alemanes, suizos, valdenses y vascos todavía mantienen sus raíces. José Pedro Díaz sostiene, como ejemplo, que el festejo de los 150 años de la fundación de la Colonia Suiza fue una fiesta sentida y actual, y no sólo una reminiscencia del pasado.

La movida de Rivera

Mixturado fronterizo

Silvana dejó Rivera y se instaló en Montevideo cuando tenía 17 años para estudiar en la Facultad de Derecho. Si bien su familia se quedó en el norte, una vez que terminó sus estudios y se recibió de abogada, optó por trabajar en la capital. Pero hace tres años su marido fue trasladado a Rivera y no dudaron en pegar la vuelta al pago. La ciudad de Rivera -unida a la brasileña Santana do Livramento- es una de las áreas metropolitanas más grandes de el país, sólo superada por la de Montevideo. Si bien Silvana nunca dejó de visitar su ciudad natal, una vez radicada otra vez en forma definitiva, empezó a notar los grandes cambios que se registraron en los últimos años. El más destacado es en el plano comercial. Tradicionalmente los precios favorecieron a Santana do Livramento, cuyo comercio hervía. Pero en los últimos años el fenómeno se invirtió. Le llamó la atención ver las mismas cadenas de tiendas que hay en Montevideo. La avenida Sarandí -la principal de la ciudad- cada vez tiene mas comercios, afirma. En 2012 se inauguró el Siñeriz Shopping, con el mayor free shop de Uruguay. La frontera tiene mucho que ver con este crecimiento. Los fines de semana, dice Silvana, arriban brasileños por paseo y compras. La ciudad se llena tanto que es difícil encontrar un lugar donde estacionar. Hablar portuñol es un requisito para los trabajadores. Rivera no tiene buenos indicadores socioeconómicos, comparado con otros departamentos de Uruguay. Pero Silvana piensa que esos registros no se corresponden mucho con la realidad. Por ejemplo, dice que no es habitual ver gente en situación de calle, o niños mendigando, como sí ocurre en Montevideo. Y en general la calidad de vida es buena. Los precios son más baratos que en Montevideo y los combustibles se venden “a precio de frontera”. Sí ha notado que arribaron a la ciudad muchos “cuidacoches” del sur del país. Hace tres años no existían “cuidacoches” en Rivera.

Límites del turismo

Maldonado todo el año

Maximiliano Ahlers vivió en la ciudad de Maldonado hasta los 21 años. Pese a que la oferta de carreras universitarias creció mucho en los últimos años, Ingeniería no era una de las opciones, por lo que debió trasladarse hasta Montevideo para estudiar. Hoy, con 28 años, es ingeniero de sonido y vive en una especie de régimen mixto: mitad de la semana la pasa en Montevideo y la otra mitad en su ciudad de origen. El problema es que en Maldonado se le hace difícil vivir de su profesión. En los últimos años, afirma, disminuyó considerablemente el apoyo a la cultura en detrimento de la capital. Él vive de los músicos, y a estos se les hace difícil grabar en Maldonado, dónde la oferta es limitada y los costos elevados. De hecho, dice, la mayoría de los músicos del departamento termina yéndose a grabar a Montevideo. Maldonado es uno de los departamentos con mayor ingreso per capita y menor índice de desempleo, pero para Maximiliano no es tan sencillo. Es cierto que hay trabajo para él, pero la mayoría de las ofertas son poco calificadas, y se vinculan principalmente al sector turismo. Si en cambio alguien quiere especializarse o seguir una carrera profesional fuera del turismo, las oportunidades no son muy atractivas. El turismo es vital para el departamento, ya que emplea a decenas de miles de personas. Pero es también un arma de doble filo, ya que fuera de temporada las opciones disminuyen. Y ni hablar cuando el tipo de cambio es desfavorable para los argentinos, como ocurre ahora. Maximiliano propone buscar formas de romper con la estacionalidad, invirtiendo en opciones para todo el año. También considera importante promover el departamento como un conjunto. La gente que no es de Maldonado por lo general se queda con la imagen de Punta del Este y la ciudad de Maldonado, que están en muy buen estado. Pero eso no es todo. Por ejemplo, Aiguá está bastante descuidada -afirma- y Piriápolis, pese a su perfil turístico, está cada vez peor.

“Calidez y Orden”

Scotti, el trinitario

Flores, con 25.100 habitantes, es el departamento menos poblado del país, aunque con indicadores socio-económicos envidiables. En su libro Vamos que vamos -con perfiles biográficos de los integrantes de la selección uruguaya de fútbol- la escritora y periodista Ana Laura Lissardy dice sobre Andrés Scotti: “En Flores descubrió un mundo diferente al de la capital y empezó a disfrutar de la vida del interior. ‘Me encantó. La vida de adolescente en el interior es mucho más sana que en Montevideo. En el interior hay mucha menos población pero la gente se siente más acompañada. Todos se saludan, tenés siempre con quien charlar. En Montevideo nadie te da bolilla...’. Esa vida cotidiana que vivía de prestada y que solo le era permitido probar los fines de semana le fue dando cala y seguridad. Tanto le llegó todo eso que muchos lo creen oriundo de Flores y él... él no aclara, porque le gusta que lo consideren tal. Toda esa experiencia le dio un objetivo, y también la serenidad y el aplomo necesarios para luchar por alcanzarlo”.
En diálogo con Qué Pasa, Andrés Scotti recuerda la historia de cómo un típico montevideano terminó fascinado con Trinidad. Cuando tenía 15 años estudiaba arte gráficas en los Talleres Don Bosco y un amigo le ofreció ir a jugar a Independiente de Flores. Encajó de entrada, y su participación en el equipo local le permitió conocer e integrarse rápidamente. “A pesar de ser capitalino, me adoptaron desde un principio”, dice. Siempre que viaja al interior hace una parada obligada en Trinidad, o aprovecha algún fin de semana libre para ir a visitar amigos. Sigue rescatando la calidad humana, “el calor de la gente”, dice, pero también destaca el cuidado y la organización local. Entre los lugares más bonitos, destaca la reserva animal y los parques municipales. Asegura que no dudaría en irse a vivir a Trinidad, o a cualquier ciudad del el interior. Eso sí, tendría que convencer a su señora.

Publicado en El País, oct 25 2014